sábado, 4 de septiembre de 2010

el aullido, mi pinche aullido

he visto a las mejores mentes de mi generacion destruidas por la locura, he visto a las mejores mentes de mi generacion destruidas por la locura, he visto a las mejores mentes de mi generacion destruidas por la locura, he visto a las mejores mentes de mi generacion destruidas por la locura, me repetia una y otra vez como un mantra desquiciado que gritaba tan alto que Dios tendria que escucharme mientras corria freneticamente sobre los techos de esos carros, el maximo exponente de estatus social de los pobres ilusos que aun no saben que estan muertos mientras yo le aullaba de forma totalmente histerica y enloquecida a la puta vida, como queriendo hacer despertar a los muertos de su letargo y embriagarlos al igual que yo con el sopor de esta puta existencia, deambulando en la ensordecedora quietud de la violencia nocturna con los ojos colericos y la cara hecha mierda por los chingazos que recibo con esa sonrisa sardonica y delirante cunado escucho los cantos funebres y las apocalipticas trompetas que resuenan en esta ciudad que huele a muerte y huele a sexo sin olvidarme de la terrible infatuacion que siento por todas las mujeres que han cruzado su mirada con la mia y esa terrible mujer descendiente de Persefones que sera mi maldicion, a mi que soy un mentiroso, un ladron, un adicto, un borracho, depresivo, maniatico, un suicida insonme, un maldito equilibrista que pasa su vida jugando en la cuerda floja suspendida en el abismo, esperando a que el tiempo lo corrompa todo y flotar en el vacio donde no hay arriba o abajo, principio o final, donde estas solo con tu pinches pensamientos, tus pensamientos perversos porque te juro que te haria cosas que harian sonrojar al Marques de Sade en este puto mundo que arde en llamas, todo arde en llamas en el preciso momento que le damos de patadas a la muerte en el culo y bailamos sobre la tumba de Dios, tomando una botella de vino y viendo de frente a la eternidad.