miércoles, 25 de abril de 2012

No se vivir, nunca lo aprendí. Solo me dedico a perder el tiempo: mato el tiempo entre trago y trago de cerveza o whisky, si hay un poco de fortuna; entre cada cigarro fumado que vine en cajetilla con curiosas advertencias en aburridas letras negras sobre fondo blanco; entre cada sonrisa febril que se presenta prometiendo bellas mentiras; entre cada mirada perdida en sueños magnánimos; entre sagradas ficciones que narran tus ojos y la cruel verdad de tus labios, mientras espero a la muerte sentado.

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