jueves, 29 de diciembre de 2016

Nunca tendremos Paris




-Whatever happens in the end, I don't want to lose you as my friend.
- I promise I will never be your friend, no matter what, ever.
- If we fuck, I'm gonna feel like shit tomorrow.
- That's okay with me.

viernes, 16 de diciembre de 2016

No quisiera morir, Boris Vian





No quisiera morir
sin haber conocido
los perros negros de México
que duermen sin soñar
los monos de culo pelado
devoradores de trópicos
las arañas de plata
en el nido trufado de burbujas
no quisiera morir
sin saber si la luna
con su falso aire de moneda
tiene un lado puntiagudo
si el sol está frío
si las cuatro estaciones
no son en realidad más que cuatro
sin haber intentado
llevar un vestido
en los grandes bulevares
sin haber mirado
en una alcantarilla
sin haber puesto el sexo
en rincones extraños
no quisiera acabar
sin conocer la lepra
o las siete enfermedades
que se atrapan allí
el bueno como el malo
no me darían pena
si yo supiera
que lo iba a estrenar
y está también
todo lo que conozco
todo lo que aprecio
que sé que me gusta
el fondo verde del mar
donde danzan las brizas de algas
en la arena ondulada
la hierba tostada de junio
la tierra que se agrieta
el olor de las coníferas
y los besos de la
que si tal que si cual
la bella que está ahí
mi osezno, Úrsula
no quisiera morir
antes de haber gastado
su boca con mi boca
su cuerpo con mis manos
el resto con mis ojos
ya no digo más es mejor
no ser irreverente
no quisiera morir
sin que hayan inventado
las rosas eternas
la jornada de dos horas
el mar en la montaña
la montaña en el mar
el fin del dolor
los diarios en color
la alegría de los niños
y tantas cosas más
que duermen en los cráneos
de geniales ingenieros
de jardineros joviales
de inquietos socialistas
de urbanos urbanistas
y de pensativos pensadores
tantas cosas que ver
que ver y que oír
tanto tiempo esperando
buscando en la oscuridad

Y ya veo el final
que bulle y que se acerca
con su cara horrorosa
y que me abre sus brazos
de rana patituerta

No quisiera morir
no señor no señora
antes de haber palpado
el sabor que me atormenta
el sabor que es más fuerte
no quisiera morir
antes de haber probado
el sabor de la muerte…


miércoles, 14 de diciembre de 2016

noche imbécil, Bukowski






noche imbécil,
sacacorchos como una guitarra negra
el día fue un continuo infierno
y ahora viernes
arrastrándote por las cañerías
vaciando tu vejiga
por donde vas,
y yo me he bebido 9 botellas de cerveza
una pinta de vodka
me he fumado 18 cigarrillos
aún te sientas encima de mí,
haces desfilar a los muertos en el
balcón de mi cerebro;
veo cejas afeitadas; labios, zapatillas;
a mi amor, en una vieja bata, que maldice
y extiende sus brazos en busca mía; el
Ejército Confederado corre; Hitler
acciona una manivela… y después
el quejumbroso amor de los gatos
me salva, me trae
en sí otra vez… una copa más,
un cigarrillo más, y en el cajón
una foto de un día en la playa
en 1955… dios, qué joven era,
por lo menos, más joven; y en la ventana
una o 2 luces, la ciudad está muerta
excepto para los ladrones y los porteros,
y yo estoy casi muerto también, perdido hace
tanto tiempo y alzo la botella
en el centro del cuerto
y tú estás por todas partes
imbécil noche negra,
estás bajo las uñas de los dedos de mis manos
en mis oídos, en mi boca,
y aquí, los dos de pie,
tú y yo, un gigante y un enano
atrapados en el desorden, y cuando el
primer sol se ponga mostrando las arañas
en pleno trabajo y las orugas reptando por las cuchillas,
tú me dejarás partir,
pero ahora reptas hasta entrar en la tumba de mi botella,
me guiñas un ojo y posas, las rosas del papel de la pared
gastadas, las arañas sueñan con
moscas llenas de oro, y yo ando por el cuarto de nuevo,
enciendo otro cigarrillo, sintiendo que realmente
debería volverme loco, pero sin acabar de saber
cómo.

sábado, 3 de diciembre de 2016

Un engranaje importante, yo diría fundamental, del Arte Contemporáneo es el Enemigo militante del Arte Contemporáneo, el que argumenta y vocifera contra el fraude de estos vagos que se han hecho millonarios gracias al snobismo de la masa, el que escribe libros con títulos que suelen ser variaciones de «La culpa es de Duchamp», y se ensaña ejemplificando las ridículas obras de arte («arte» con fuertes comillas) del Arte Contemporáneo. Esto último no le da trabajo: los ejemplos sobran, y sobran a tal punto que se podría llegar a sospechar que se los están sirviendo en bandeja, o que directamente los están haciendo para él. A partir del mingitorio de Duchamp, casi cualquier obra del Arte Contemporáneo, sacada de su contexto, de su historia, de la explicación que la envuelve, se presta a una descripción sardónica. Más que prestarse: se diría que fue hecha como objeto de esa descripción sardónica, y que ésta es algo así como el grado cero de su recepción. Sin ese primer escalón la recepción no puede alzar vuelo. En las discusiones que promueve el Enemigo del Arte Contemporáneo, es lo más común que apoye su argumentación con ejemplos imaginarios, creados por su fantasía agresiva, como «nadie me hará creer que colgar del techo preservativos llenos de mierda es arte». El que lo escucha no puede menos que preguntarse, aun sabiendo que el ejemplo es una creación del momento a efectos de convicción, si esa obra (con o sin comillas) no habrá sido hecha alguna vez. Y si no fue hecha, podría haberlo sido, o lo será, porque la lógica del ejemplo imaginario difamatorio —que es una forma de «cualquier cosa»— está en el origen de la creatividad.
El ejemplo difamatorio es algo más que el arma favorita del Enemigo del Arte Contemporáneo. Está latente en el núcleo de la proliferación. Es una promesa de realización, más allá de las realidades previsibles y programadas por una evolución razonable. Abre la verdadera creación, la no derivativa (…)
Precisamente el Enemigo del Arte Contemporáneo encuentra ahí uno de sus argumentos: el artista se ha vuelto un engranaje más, y ni siquiera el más importante, de un aparato hecho de curadores, galeristas, coleccionistas, asistentes, críticos, y hasta asesores de inversiones. Debería sumarse a sí mismo, como integrante fundamental del esquema.

– César Aira, «Sobre el arte contemporáneo / En La Habana», Literatura Random House, 2016.

viernes, 2 de diciembre de 2016

Johnny Guitar







El Johnny camina por las calles como como si le pertenecieran.

El Johnny recorre la ciudad de noche porque es su dueño.

El Johnny mira directamente al sol y el sol se sonroja.

El Johnny sonríe y el tiempo y espacio se congelan.

El Johnny bebe como cosaco y nunca se pone pedo.

El Johnny fuma un cigarro tras otro; el cáncer se la pela.

El Johnny toca la guitarra como Jesucristo Superestrella.

El Johnny anda en moto sin casco.

El Johnny nunca usa cinturón de seguridad; la muerte se la pela.

El Johnny nunca usa condón; el SIDA se la pela.

El Johnny puede con todas y todas las morritas aman al Johnny.

El Johnny dice salta y tú eres un jodido sapo.

El Johnny te dice que Dios no existe y tú te conviertes en ateo.

El Johnny te dice que siempre si existe Dios y para ti el Johnny es tu profeta.

El Johnny nunca duda, nunca vacila.

Dios bendiga al Johnny y que el Johnny te bendiga a ti.



Al Johnny todos se la pelan.