jueves, 16 de junio de 2016

The Better ‘Ole´






¿Le conté alguna vez lo del hombre que le enseñó a hablar a su culo? Movía el abdomen entero arriba y abajo, ¿entiende?, pedorreaba las palabras. Nunca había oído nada semejante.

El culo aquel tenía una especie de frecuencia intestinal. Te pegaba justo en los labios, y te entraban las ganas. Como cuando el colon avisa y sientes una especie de frío por dentro, y sabes que no tienes más remedio que soltar la tripa, ¿entiendes? Pues aquella voz te pegaba ahí abajo, un sonido espeso, pringoso y borboteante, un sonido que se podía oler.

El hombre trabajaba para las ferias, ¿entiende?, y al principio era como un novedoso número de ventrílocuo. Y muy divertido, además, por entonces. Hacía un número que se llamaba "El Mejor Ojo" que era la risa, se lo juro. Se me ha olvidado cómo era, pero era ingenioso. Algo como:
- "Oye, tú, ¿sigues ahí abajo todavía?"
- "¡No! ¡Me he ido a cagar!"

Al cabo de un tiempo, el culo empezó a hablar por sí solo. Salía a escena sin nada preparado y el culo se ponía a improvisar y siempre le replicaba los chistes.
Luego fue desarrollando una especie de dientes, como ganchos ásperos curvados hacia adentro, y empezó a comer. Creyó que era simpático y montó un número con eso, pero el ojete se dedicaba a comerle los pantalones quedando al aire y empezó a hablar por las calles, vociferando que quería igualdad de derechos. Y además se emborrachaba y se ponía a lloriquear, que nadie lo quería ni lo besaban, como a todas las otras bocas. Y así acabó por pasarse hablando dia y noche. Podías escuchar los gritos desde cuadras, golpeándolo con lo puños y metiéndole velas encenidas, pero no servía de nada, hasta que el culo dijo: "Al final serás tú el que calle, no yo. Porque ya no eres necesario. Puedo hablar y comer y cagar."

Después empezó a despertarse por las mañanas con una especie de cola de renacuajo en su boca, llena de gelatina transparente. Lo que los científicos llaman TND, un Tejido No Diferenciado, que se reproduce en todo tipo de zonas del cuerpo humano. Se lo sacaba de la boca y le quedaban trozos pegados en las manos, como gelatina de gasolina ardiendo, y allí nacían, crecían en cualquier sitio donde cayera una gota. Hasta que por fin se le obturó la boca y era como si le hubiera amputado espontáneamente la cabeza entera, de no ser por los ojos, ¿entiendes?. Lo único que el ojo del culo no podía hacer era ver. Necesitaba los ojos. Pero las conexiones nerviosas quedaron bloqueadas e infiltradas y atrofiadas y el cerebro no podía seguir dando órdenes. Estaba atrapado en el cráneo, sellado. Durante un tiempo podía verse a través de los ojos cómo sufría el cerebro, en silencio e impotente, pero seguramente se murió porque los ojos se apagaron, y ya no reflejaban más sentimientos que un ojo de cangrejo en la punta de una antena.


- Es el sexo que burla al censor, se desliza entre las oficinas estatales, porque siempre hay un espacio entre, se expresa en las canciones populares y en las películas de Clase B, reflejando la fundamental podredumbre norteamericana, brotando como forúnculos abiertos, emitiendo burbujas de ese Tejido Indiferenciado que cae por doquier y se transforma en una forma degenerada y cancerosa de la vida, y reproduce una imagen maligna y casual. Algunos están hechos exclusivamente de tejido eréctil como el que forma el pene, y otras vísceras apenas están cubiertas de piel, y hay racimos de 3 ó 4 ojos juntos, entrecruzamientos de bocas y culos, partes humanas mezcladas y sacudidas y volcadas de cualquier modo.

- El resultado final de la representación celular completa es el cáncer. La democracia es cancerosa, y las oficinas constituyen su cáncer. Una oficina arraiga en cualquier lugar del Estado, y se convierte en ente maligno, como el Buró de Narcóticos, y crece y crece, reproduciéndose a sí mismo, hasta que si no lo controlan o extirpan sofoca al huésped. Las oficinas no pueden vivir sin huésped, dado que son organismos auténticamente parasitarios. (Por el contrario, una cooperativa puede vivir sin el Estado. Es el camino que debemos seguir. La creación de unidades independientes para satisfacer las necesidades de las personas que participan en el funcionamiento de la unidad. La oficina opera en base al principio opuesto, que consiste en inventar necesidades para justificar su propia existencia.) La burocracia es maligna como el cáncer, e implica apartarse del sentido evolutivo de la humanidad, que tiende a desplegar infinitas posibilidades, formas de diferenciación y actividades espontáneas e independientes, para reproducir el parasitismo total de un virus. 

- (Se cree que el virus constituye una degeneración de una forma más compleja de vida. Posiblemente antes fue capaz de llevar una vida independiente. Ahora ha descendido a la frontera que separa a la sustancia viva de la muerta. Puede demostrar las cualidades propias de la vida solamente en un huésped, utilizando la vida de otro; es una forma de renunciar a la vida misma, una caída hacia el mecanicismo inorgánico e inflexible, hacia la materia muerta.) 

- Las oficinas mueren cuando se derrumba la estructura del Estado. Son tan incapaces de llevar una vida independiente como la lombriz solitaria, o como un virus que ha dado muerte al huésped.

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