domingo, 19 de marzo de 2017

El rey de la maquildora







 Neta cabrón, te digo que es neta. Te lo juro así, por mi madrecita. Mi compa es ministro en Texas. Laredo, Texas. Es padrecito de esos cristianos, ves que allá en el Chuco no son católicos los güeyes, no creen en los santitos ni la virgencita como nosotros. Es compa del barrio, de la infancia, así desde chiquitos que nos dábamos nuestros chingazos. Bueno güey, el pedo es que mi compa es un desmadre. Pero cabrón, güey; a lo pendejo. Y para acabarla de chingar es padrecito ¿tú crees? Y el puto esta cagado en feria, le va chido al cabrón. Entonces vino un fin de semana a visitar a la familia, a la esposa. Porque el puto dejo a la esposa aquí y el cabrón se pelo pero como le manda sus dólares la ruca no la hace de pedo. Bueno vino el compa  y ya sabrás tú, forradote, un chingal de lana, seguro más de la que has visto en tu vida, perro. No me hagas esa cara, güey. Es coto. Y ya que andábamos en la pedota, dos, tres botellas, perico, la hielera llena de Tecate y que mi compa se prende. Quiere coger, quiere unas putas. Salió bien caliente el padrecito. Yo en caliente le digo que fuga al teibol, sacamos unas putitas, las llevamos pal motelito y que siga la party. Llegamos abriendo paso en caliente le ordena al mesero que queremos mesa adelante, junto al escenario, quiero olerle el panochón a las rucas desde mi asiento, tons le digo a mi compa que saque un billetito, se lo extiendo al mesero y se le pinta pinche sonrisota en la carota de pendejo y nos pone hasta adelante, V.I.P. veri importan pipol, carnal. Y pónganos un botellón de bucanas, unos red Bull, cocas y hielos, joven. Le digo al mesero. Total güey que ya estamos en nuestro desmadre, a risa y risa viendo a las putas y que en eso el padrecito se queda serio, serio. Helado el cabrón como si hubiera visto un fantasma. Y ora que hubo, güey- le digo. Pero el cabrón no reacciona, esta petrificado, ido, en otro mundo. Tons que volteo despacito a ver que lo tiene en trance y que miro nada mas, agárrate güey, a la esposa del padrecito en tanga roja, corpiño y unos cuernitos de diablita, tomándose un vampirito, muy quitada de la pena la cabrona. Y que digo: no mames, tu ruca, cabrón. Y el padrecito reacciona, como balde de agua fría y se levanta en chinga hasta donde está la ruca y la empieza a gritar, a hacerla de pedo. Nombre pinche panchote que le armo a la ruca. Y zas que le suelta un cachetadón bien puesto, hasta mí me dolió y zas que le suelta el otro y la vieja a llore y llore, grite y grite y que llegan los guardias del teibol y se empiezan a surtir a mi compa. Pum, pum le ponen sus vergazos en la panza, en la jeta. Lo agarra uno por la espalda y el otro se lo empieza a soltarle los derechazos. Tons le doy un facho al bucanas, me quito la camisa, así me quedo en pura de tirantes y me los empiezo a surtir. Yo solo. Neta, cabrón. Pum, pum, y de un ramalazo le doy suelo al que le estaba pegando a mi compa. Tons el otro que lo tenía agarrado se deja venir y yo nomas lo voy midiendo, tiro la finta y va un gancho al hígado. No el puto en caliente se dobla y lo agarro del brazo, le aplico un candado y le digo ya estuvo o que puto. Y el joto me dice si ya estuvo compa, ya estuvo, ahí muere. Ya en eso llega el gerente y dice a ver qué está pasando aquí y le digo muy serio, pues aquí tus simios estos se estaban jabeando a mi compa entre los dos y pues la neta así no se vale. Lo que pasa es que esta encabronado porque su señora está trabajando aquí, pero mi compa ni cuenta, como él no vive aquí pues la ruca a provecho para andar de puta, como la ve. Pero ya mi compa se tranquilizó, ¿veda cabrón? Que le dije, ya nos vamos a estar aquí tranquilos en lo que nos acabamos la botella, la acabamos de comprar, como la ve. El gerente obviamente acepto, como me iba a decir que no y total que seguimos pisteando pero el padrecito todavía andaba emputado, muy intranquilo. Y que le habla al mesero, le suelta un par de billetes y le trae dos putas a la mesa. Pero las dos putas pa el, a mí ni me pidió nada. Y que empieza el perro a agarrarse con las dos. Lengüetazos, agarrón de nalgas, de chiches, metiéndole los de dulce al panochón, no pos la neta se desato el padrecito y que volteo a ver a su señora y bien encabronada, roja, roja, ahora si como diablita. Me cago de la risa y mejor me levanto a echar la meada. Tiro los meados, me echo un pasecito y ya en lo que voy saliendo que me está esperando afuerita del baño la diablita. Le digo ¿Qué hubo? Y la cabrona se me echa encima, a beso y beso, agarrándome el fierro por encimita del pantalón, bien entradota la ruca, y que la agarro de la cintura y la echo pa atrás. Ora cabrona, calmada que eres la señora de mi compa. Y ella dice que tiene mijo, es que tú me gustas mucho, estas bien guapo y yo me rio. No mija usted es la esposa de mi compa y yo lo respeto, así que calmada, vámonos de regreso. Y en eso que vamos pa la mesa que nos topamos a mi compa de frente, se me queda viendo y luego a su ruca y dice ¿Qué hubo? Y le dice su ruca: papi ya vámonos de aquí, vámonos a seguirla a otro lado, algo más privado, me llevo unas amigas de aquí. Y el padrecito se queda pensando y luego dice y las amigas son pa este cabrón, dice señalándome a mí, o son para mí. Y lego se queda callado y con una mirada maliciosa. Lo que quieras, papi responde la ruca. Bueno yo quiero a tus amigas, a las dos, remata el padrecito. Neta te lo juro, cabrón. Así por mi madrecita. Llegamos al motel y la seguimos hasta el amanecer pisteando bucanas, periqueando, el padrecito con las dos teiboleras y yo echándole un palote a la diablita. A la esposa del padrecito, mi compa. Pinche diablita me la lleve al cielo. Soy el rey de la puta maquiladora- remata mi compañero y su sonrisa abarca todo su reino.

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